Al cantante lo salvan sus canciones.
Al bebé lo salva su madre y a su hermano lo salva su padre.
Al suertudo lo salva la casualidad.
Al embotellado lo salvan los atajos.
Al borracho lo salva su tequila.
Al devoto lo salvan sus oraciones.
Al descuidado lo salva la comida.
Y a mi ¿qué podrá salvarme?
A los principiantes los salvan Los avanzados.
Al golpeado lo salva el policía.
Al hiperactivo lo salvan sus actividades y al obsesivo sus obsesiones.
Al deprimido lo salvan los viajes y las compras.
Al frustrado lo salvan los regresos tarde a casa.
A Luisa lo salva Superman.
A los tontos, el Chapulin Colorado...
Y a mi me basta con cerrar los ojos para ver la nada de la cual vengo y a la cual volveré.
-Victor Velasquez
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